Si a estas alturas desconoces la existencia del omnipresente caralibro, es muy probable que sea porque has estado dando vueltas alrededor de la Tierra dentro de una nave espacial. Aunque no seas parte de ese 20% de la comunidad internauta que se conecta todos los días a Facebook, lo más seguro es que conozcas a alguien que tiene una granja virtual, etiqueta a todos sus amigos en fotos en las que salen borrachos, y pierde más tiempo de trabajo enganchado a la red social que en los mejores tiempos del Messenger de Microsoft, que ya es decir. Era inevitable que un fenómeno de esta envergadura engendrase textos, y seguramente el más completo y popular al respecto sea The Facebook Effect (El efecto Facebook), de David Kirkpatrick, periodista de la revista Fortune, una conocida revista sobre internet y tecnología. La obra se ha publicado en dos partes, cubriendo la primera la historia corporativa de la empresa y de su creador, Mark Zuckerberg, siendo la segunda un análisis de su alcance a nivel tecnológico y social.
A pesar de su detallada descripción de los entresijos del nacimiento y desarrollo de Facebook, está clara la postura de Kirkpatrick en favor a Zuckerberg. Su pormenorización de los juicios celebrados contra éste (tanto por abandonar a contribuyentes iniciales del proyecto como por tratar de manera dudosa la privacidad de sus usuarios) no es precisamente objetivo, y su buena relación con el joven dueño de esta red social parece enturbiar su visión de los hechos. Su prosa es mediocre y su imparcialidad, cuestionable, aun así la obra no deja de ser fascinante, narrando el viaje de un visionario que, a pesar de las multimillonarias ofertas que recibe por su empresa, se niega a venderla ya que asegura no querer dinero, sino desarrollar su idea.
La segunda parte, recientemente publicada, es también interesante por su estructurado diagnóstico del estado actual y futuro de las redes sociales y sus posibilidades. Sin embargo, Kirkpatrick peca aquí también de mostrarse demasiado optimista; el inevitable escalofrío que produce saber que Facebook podría poseer la mayor base de datos del mundo no parece afectarle. En supuestas palabras del propio Zuckerberg cuando estaba arrancando su proyecto: “Tengo 4.000 correos electrónicos y sus contraseñas, fotos y números de seguridad social, la gente confía en mí, son tontos del culo”. En cualquier caso, Zuckerberg ya tiene bastantes detractores, existen otros libros que han tenido éxito gracias precisamente a la demonización de su persona y de su empresa. Ben Mezrich publicó con Doubleday The Accidental Billionaires: The Founding of Facebook, A Tale of Sex, Money, Genius, and Betrayal, que ha sido traducido a nuestro idioma con el título de Multimillonarios por accidente. El nacimiento de Facebook, una historia de sexo, dinero, talento y traición, título que, como podéis ver, no deja nada a la imaginación. Según Mezrich, fue precisamente su falta de sexo, es decir, su escasa habilidad social con el sexo opuesto, lo que acabó llevando a Zuckerberg a crear Facemash, una red para puntuar el atractivo de sus compañeras de Harvard, y que fue la semilla inicial para crear una red mayor, en su principio sólo para universitarios. Es obvio que Zuckerberg no sale muy bien parado en este libro, pero es inevitable: el inmenso éxito de Facebook y el carácter especial de su fundador son alimento perfecto para un best-seller, tanto, de hecho, que a finales de año veremos la adaptación cinematográfica.
Ben Mezrich
Multimillonarios por accidente: El nacimiento de Facebook