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No es el cacharro, chicos: son los libros

AutorAlfredo Álamo el 30 de julio de 2010 en Opinión

Kindle 3

Amazon se lanza a la guerra abierta para el control del libro electrónico y lo hace con ganas: el Kindle 3 se va a poner a la venta rozando el límite psicológico de los 100 euros. Si, 100, da igual que ayer fuerais a la tienda electrónica más de moda o a las rebajas del Cortinglés y os encontrarais con unos lectores del año pasado por 250 €: la última novedad del gigante de los e-books se queda en 139$.

Estamos hablando del Kindle 3 Wifi que, a semejanza del movimiento de Barnes & Noble con su Nook Wifi, abarata un poco más el precio con la eliminación del 3G (el dispositivo valdrá 189 $para los amantes de la movilidad absoluta) y viene cargado de un montón de novedades interesantes, como son su mejor contraste, definición, duración de la batería y la capacidad de poder tomar notas sobre documentos PDF, entre otras pequeñas mejoras.

Amazon golpea la mesa con su Kindle -es mejor que nosotros no lo hagamos, sus pantallas no son exactamente de acero- y exclama un «Pa chulo yo» que deja al resto de fabricantes temblando en el mercado americano, hoy por hoy el más importante. En el resto del mundo se espera expectante la fecha de envío internacional y la posibilidad, lejana todavía, de que Amazon pueda ofrecer los libros que hoy por hoy sólo Libranda pone para mayoristas.

¿Cuál es el truco? Pues que el Kindle es un dispositivo cerrado: su DRM es propio y excluyente -al menos por ahora-, así que el argumento se complica a un estás conmigo (barato) o contra mí (oferta más amplia y libre, al menos en Europa). Amazon quiere hacerse con la mayoría del mercado y parece que si sigue con esta guerra de precios será inevitable que lo consiga si nadie hace nada por evitarlo.

La verdad es que con la salida del Kindle3 queda claro que lo importante es crear una gran comunidad de lectores atados a un lector que pasa por una única tienda. Un lector para atarlos a todos en las tinieblas, vaya, aunque Amazon pierda ahora dinero por cada Kindle que venda, es una inversión a largo plazo que puede significar un cambio radical en el panorama editorial tal y como lo conocemos.

Hoy por hoy, claro, es la única opción barata y de calidad pero, por desgracia, todavía no lee los Adobe DRM de Libranda, algo que sí que hace su competencia directa –Nook– que, vaya hombre, no se puede pedir a los Estados Unidos. Sí que hay una vaga promesa de que en un futuro se podrá leer ese DRM, pero pueden pasar meses antes de que haya un movimiento en firme, que dependerá, seguro, de las posiciones alcanzadas por las grandes empresas del sector.

Alfredo Álamo

(Valencia, 1975) escribe bordeando territorios fronterizos, entre sombras y engranajes, siempre en terreno de sueños que a veces se convierten en pesadillas. Actualmente es el Coordinador de la red social Lecturalia al mismo tiempo que sigue su carrera literaria.

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