La gente de Nevsky Prospects está recuperando una serie de títulos realmente sorprendentes. Ya habíamos hablado de la aparición de Estrella Roja, obra de Alexander Bogdanov, ya que nos había llamado la atención.
Bogdanov fue una figura del todo peculiar, incluso para esos años de revoluciones y descubrimientos a finales del siglo XIX y principios del XX. Mano derecha de Lenin, economista, científico, escritor… Bogdanov fue el responsable del desarrollo de la ciencia en los primeros años de la Unión Soviética y también un amante del arte, su gran debilidad por la que fue llamado al orden por aburguesarse demasiado.
El texto del que vamos a hablaros es una pequeña novela de ciencia ficción en la que Bogdanov da rienda suelta tanto a su imaginación como a un uso didáctico de la narración para transmitir una serie de enseñanzas marxistas rayanas en lo utópico.
Tenemos a un protagonista, Leonid, joven, ruso, bien plantado, inmerso, como debe ser, en la expansión de la revolución, al que le ofrecen la posibilidad de viajar a Marte, donde reside un grupo de sabios. Tras una sana incredulidad, nuestro protagonista acaba por creer la posibilidad del viaje a través del espacio gracias a una serie de demostraciones empíricas.
En su viaje conocerá a Menni , el gran pensador marciano y comandante de la lenta, pero firme nave marciana -el fantástico eteronef-. También a Netti y a Enno, con quienes se llevará muy bien, como se descubrirá más adelante, así como a Sterni, con quien, desde luego, no hace migas.
Estrella Roja nos narra el descubrimiento de esa utopía socialista situada en Marte y que, a base de diálogos, se nos va desvelando poco a poco. Es cierto que muchas de las situaciones que plantea el libro están forzadas por la necesidad de explicar todos los detalles del sistema que Bogdanov quería hacer llegar a partir de un cierto escapismo.
Existen detalles curiosos: En Estrella Roja se nos detalla un sistema de transfusión de sangre mediante el cual, al compartir la esencia de dos personas -una más joven que otra- se conseguía un efecto rejuvenecedor. Esta idea fue puesta en práctica por Bogdanov en la vida real y, al parecer, pudo significar la causa de su muerte.
Estrella Roja es por momentos panfletario y a la vez cariñosamente naif, contiene elementos de pura anticipación y de explicación científica muy logrados para la época y su sentido de la maravilla es envidiable. Una obra para aficionados al género en su vertiente más pulp -aunque no fuera esa su intención- , pero también para aquellos interesados en la visión recién nacida del socialismo y su percepción más allá de la aplicación inmediata de la revolución.
Por último, disentir de la clasificación como steampunk de esta novela que, en un interesante epílogo, mantiene Marian Womack. Estrella Roja es una novela de anticipación, en la que se usan elementos científicos y sociales de su época para crear un Marte habitado por una raza mucho más avanzada que la humana. En ningún momento pretende usar elementos anteriores o trastocar tecnología antigua para emular la moderna o incluso la futura. De ese modo no puede englobarse en un «steampunk inconsciente» ya que Bogdanov proyecta su presente hacia el futuro. Que hoy en día gran parte de esa proyección pudiera ser utilizada para cierto steampunk -me gustaría dejarlo en retrofuturismo– no le da una característica a priori, tan sólo el mismo nivel que a Verne o Wells: el de visionario.
Estrella Roja