De nuevo el cine arrastra un libro, un clásico, una moda a la que se apuntan editoriales, escritores y libreros, pero en esta ocasión, al contrario que en otras ocasiones en las que se ruega por librarse de tanto libro recurrente, hoy vamos a hablar de la proyección que la última película de Tim Burton está dando al clásico de Lewis Carroll, Alicia en el País de las Maravillas.
Dejemos a un lado que la adaptación se guíe más por los caprichos del director y las guías de producción de la Disney que, a fin de cuentas, es quien manda en la película. Por las críticas, no se parece mucho al libro, por las cifras de taquilla, no parece que eso sea algo que les quite el sueño. Después de todo no quería hablar de la película, en su lugar me gustaría enseñaros dos ejemplos claros de cómo puede cambiar la literatura hablando de la misma obra.
En la Biblioteca Británica se toman muy en serio la digitalización de originales y su puesta a disposición del público, y si uno tiene tiempo y paciencia para escarbar en sus registros se pueden encontrar verdaderas curiosidades dignas de toda nuestra atención. (Siempre, claro está, puede uno perder el tiempo leyendo blogs y páginas dedicadas a la literatura hasta toparse con algo así por casualidad. Es cuestión de gustos)
Bien, lo que decía. En la British tienen el primer volumen manuscrito de Alicia en el País de las Maravillas tal y como lo terminó Lewis Carroll. Está transcrito -en inglés- para que se pueda leer sin problemas y llaman la atención las primeras ilustraciones que acompañan al texto, obra del propio autor. Os dejo unos ejemplos:
Y ahora cogemos el tren bala del tiempo y pasamos a toda velocidad por la historia reciente del libro, dejando atrás versiones de todo tipo para Alicia, en imprenta tradicional, offset, retocada para los más pequeños, comentada para los más grandes, con las ilustraciones clásicas, convertida en un libro ilustrado, para llegar, echando el freno y haciendo chirriar las ruedas, al mundo del siglo XXI y las nuevas maneras de contar una historia.
Esto, que ya hace el iPad, en realidad será factible en casi cualquier tablet pc de última generación y pronto será moneda corriente en lectores de libros electrónicos. Quien dice mañana dice pasado, es tan sólo cuestión de tiempo. ¿Tanto ha cambiado Alicia? ¿Es un libro diferente si al moverlo se le gira la cabeza al Sombrero Loco? ¿No es como un libro pop-up? Lo que está claro es que nos fascina lo que pueden hacer los nuevos gadgets con algo que creíamos fijo y estable. Eso sí, que nadie piense que esto es el único futuro de la literatura. En todo caso es uno de los caminos, todavía sin explorar demasiado. Viendo esto parece que el iPad se va a convertir en la Wii de los ebooks. Por cierto, lo hemos probado y sí: es tan divertido como parece.
Alicia en el país de las maravillas