Digan lo que digan muchas encuestas, el género que gana por goleada en ventas aquí y en cualquier país del mundo es el de la novela romántica: ni Dan Brown ni Zafón se acercan a los más de 400 millones de ejemplares vendidos que, se calcula, logró colocar la más que prolífica Corín Tellado.
Lo que señalan las encuestas con mayor fidelidad es el casi absoluto rechazo del elemento masculino, dejando a las mujeres como las mayores consumidoras, y creadoras, de uno de los segmentos editoriales más importantes de la actualidad.
La pregunta sería, claro, qué hay detrás de esa segmentación. ¿Qué cuenta Nora Roberts o Danielle Steel para que se vendan historias con musculosos highlanders, vaqueros medio desnudos o vampiros efebizados en plena portada?
Pues bien, un grupo de psicólogos evolutivos han decido tomar cartas en el asunto y desde Canadá, concretamente desde el departamento de psicología de la Universidad de Nueva Escocia, han realizado un estudio de lo más interesante.
Los investigadores escogieron a la editorial Harlequin, la más importante del mercado, una auténtica multinacional del romance, y analizaron más de 15 000 libros para intentar encontrar algún patrón común. Al parecer, las palabras más repetidas en los títulos fueron Novia (835) Baby (696), hombre (672) y matrimonio (612). Ya a cierta distancia aparecen vaquero, noche y enfermera. (Me pregunto por la ausencia de la palabra Highlander, que en los últimos años se ha multiplicado por diez).
Además, también analizaron las profesiones que aparecen en los libros, encontrándose con Médico en primer lugar, seguido de vaquero, enfermera, jefe, príncipe, caballero, rey, guardaespaldas, sheriff y pirata.
¿Qué sacan de todo esto? Pues que se usan palabras en el título que sugieren una relación a largo plazo, junto con otras que sugieren atracción física, además del uso de profesiones que implican tanto estabilidad económica como un fuerte aspecto de protección. La idea es encontrar a una pareja fuerte pero sensible en la que confiar mientras se tienen hijos hasta que se vuelve a la situación anterior.
Al parecer, y es su conclusión, los argumentos y situaciones de la novela romántica coinciden con las estrategias de búsqueda de pareja más comunes entre las mujeres, lo que explica también su éxito internacional.
Me pregunto entonces dónde hay que meter a toda la nueva romántica paranormal llena de vampiros sensibles, hombres lobo depilados y highlanders que viajan en el tiempo. Quizá conecten con las estrategias de otro tipo de mujer menos inclinada a los cirujanos y más a los auténticos rockanrolas.
Vía: The guardian