A nadie debería sorprenderle ya que en la Apple iStore los libros superan en número al resto de aplicaciones. La lectura en los iTouch o Iphone es relativamente cómoda y cuando llegue el desembarco del iPad habrá que ver como reacciona el mercado y los lectores ocasionales.
Hay muchas cosas que me gustan de la tecnología Apple, como su diseño, su sistema operativo, su facilidad de uso… hay otras que me gustan menos, como su precio o sus decisiones alrededor de cómo limitar las posibilidades de sus dispositivos.
Otra de las cosas que no me gusta es la de la exclusividad con la que juegan. Me explico: cada aplicación vendida en la tienda Apple -que es la única si tienes uno de esos dispositivos- está sometida al arbitrio y decisión de la compañía dirigida por Steve Jobs. Eso quiere decir que en cualquier momento pueden decidir que tu aplicación -tu libro- ya no les interesa y hacerlo desaparecer tanto de la tienda como de los dispositivos.
Esto, que en realidad no debería ser más que una ligera limitación: existen muchos dispositivos de lectura y muchas tiendas virtuales además de Apple, no deja de inquietar a quienes apuesten por el inmenso mercado que se está construyendo alrededor de sus dispositivos móviles, así como aquellos a quien se vete antes o después. Estamos hablando de más de 40 000 000 de posibles clientes, con lo que todavía falta por llegar, así que no es segmento marginal, sobre todo por el codiciado target de mercado que es un propietario de iPhone.
La política de coto cerrado no es agradable ni para el usuario ni para el desarrollador (editor o escritor) pero por el momento Apple, en silencio, va construyendo un escaparate de acuerdo a sus propios intereses sin que nadie, o casi nadie, se atreva a levantarle la voz por miedo a quedarse fuera, un mundo exterior que existe, sin duda, pero que queda cojo sin poder acceder a todas las posibilidades.
Por el momento no parece que vaya a cambiar nada, así que si os planteáis crear un libro extendido o multimedia para Apple tened en cuenta el contrato: la empresa puede retirar vuestro producto y pagaros una indemnización limitada a los 50 euros. Da qué pensar, ¿verdad?