Esa es la cifra con la que el Washington Post abre un artículo en el que analiza los datos obtenidos por una consultora estadounidense, Attributor, en un estudio sobre obras con derechos descargadas fuera de las tiendas on-line, o como las llama también El Mundo, copias piratas.
El estudio se limita al mundo americano, mucho menos aficionado a la descarga P2P que el hispano, pero con un mercado del ebook muchísimo más desarrollado que el nuestro. A primera vista podríamos decir que 9 millones de ejemplares es una cifra bastante alta… pero teniendo en cuenta que esos millones se limitan a 913 títulos, apenas una esquina de cualquier librería de tamaño mediano, la verdad es que uno se pregunta si tan limitados son los gustos americanos o es que el análisis de Attribute está demasiado limitado a lo que consideran “títulos importantes”
En el estudio han dividido los libros por categorías –autoayuda, salud-, y el resultado no ha dado como top a Dan Brown o Coelho, no, los títulos más descarados son aquellos dedicados a temas de empresa, como Freakonomics. 13.000 descargas por título en ese apartado y sólo 6.000 si nos vamos a la ficción.
Siguiendo la habitual teoría de “un libro descargado es un libro no vendido“, cifran las perdidas por esta práctica en 3.000 millones de dólares. La verdad es que me gustaría ver cómo han hecho ese estudio, y si han incluido algún otro tipo de impacto económico en cada libro, porque a 10 dólares de e-book en amazon, 9 millones de ejemplares a mi me da un resultado de 90 millones y no de 3.000.
Enseguida se ha apuntado al carro la Asociación de Editores Americana y habla ya de epidemia y, supongo, ya estará montando una campaña en relación a estos datos, de entrada bastante sesgados.
¿913 títulos? ¿En serio? Eso no da en España ni para las novedades de medio mes. Si ese es el nivel al que la “piratería” está afectando a la industria americana, desde luego que no deberían preocuparse demasiado en cuanto a la ficción. Los autores de libro de empresa, los más afectados, deberían empezar a pensar en modelos económicos alternativos, pero no por sus pérdidas, sino para hacerle un favor a sus propias editoriales y a las consultoras como Attribute.
Mientras tanto, no estaría de más que alguna empresa española echara un vistazo a los títulos disponibles en la red en castellano. Una cifra divertida sería ¿cuántos libros que no han salido en E-Book circulan en formato digital por la red? Por lo que se puede apreciar a primera vista, como no se den prisa las editoriales pronto pondrán a la venta libros que llevarán años dando vueltas, digitalizados por aficionados, y que acostumbran al lector no sólo a la gratuidad del producto sino a algo mucho más peligroso: la maquetación chapuza.