De un tiempo a esta parte parece que los creativos de publicidad están utilizando nuevas artes para llamar nuestra atención sobre los productos que quieren vendernos. Dejando a un lado las frases recurrentes, los ganchos y las musiquitas pegadizas, parece que ha llegado una nueva moda en el mensaje publicitario: La poesía.
Recuerdo hace unos meses el poema Ítaca, de Kavafis, para vendernos un coche. Recordemos parte del poema, que es una verdadera maravilla.
Cuando salgas en el viaje, hacia Ítaca
desea que el camino sea largo,
pleno de aventuras, pleno de conocimientos.
A los Lestrigones y a los Cíclopes,
al irritado Poseidón no temas,
tales cosas en tu ruta nunca hallarás,
si elevado se mantiene tu pensamiento, si una selecta
emoción tu espíritu y tu cuerpo embarga.
A los Lestrigones y a los Cíclopes,
y al feroz Poseidón no encontrarás,
si dentro de tu alma no los llevas,
si tu alma no los yergue delante de ti.
Claro, con Kavafis te pueden vender un coche, un viaje en tren, avión y hasta una bicicleta. No está mal recuperar obras del pasado, la verdad, pero es un poco raro que las usen así. Hace poco, y con motivo de la sexta temporada de LOST, en la cadena de televisión Cuatro pasaron también un anuncio con un poema de Omar Jayyam. Pongo también un fragmento, aunque no es la misma traducción que en el anuncio, pero os hacéis una idea:
Porque esta vida no es
-como probaros espero-,
mas que un difuso tablero
de complicado ajedrez.
Los cuadros blancos: los días
los cuadros negros: las noches…
Y ante el tablero, el Destino
acciona allí con los hombres,
como con piezas que mueve
a su capricho y sin orden…
Y uno tras otro al estuche
van, de la nada sin nombre.
Ni que pintado para hablar de LOST, ¿verdad? La cuestión es poner a alguien con muy buena voz y enganchar al espectador. Pero… bueno, en Inglaterra ya han comenzado a hacer lo mismo con anuncios de MacDonalds, ¿Poesía con patatas fritas?, y también para vender queso Cheddar. Incluso ya hay algunos poetas, con cierto renombre, que están escribiendo poemas para campañas publicitarias. Hablan de que es como si pusieran tu canción en un anuncio… y claro, de poeta a escritor de jingles-poetry sólo hay un paso monetario.
Y es que, como decía Robert Graves,
No hay dinero en la poesía, ni poesía en el dinero
¿Y vosotros? ¿Conocéis más casos de poesía en anuncios?
Vía: The Guardian