A lo largo de estos meses, hemos estado viendo como surgían diferentes iniciativas que enriquecían el libro, o lo intentaban, con las nuevas tecnologías, como el caso de las bandas sonoras o de los documentales, pero que eran, normalmente, apuestas concretas de editoriales buscando más la publicidad que una exploración real de nuevas propuestas, con algunas excepciones como el caso de Level 26, del que ya os hablamos, el nuevo proyecto del creador de CSI, un libro de misterio que cada cierto número de páginas incluía un código mediante el cual podíamos acceder, a través de internet, a nuevos datos y crear una red social de lectores. Aun así, continuaba separando las dos expresiones, literatura frente a vídeo.
Pues bien, un nuevo producto nos llega desde los Estados Unidos, la enésima novedad entorno a las nuevas tecnologías y la literatura, a la espera de que alguna cuaje económicamente. Esta vez nos anuncian, agarraos al asiento, un nuevo género, el vook, hijo bastardo del libro electrónico y la película (vídeo). Aparte del triste nombre, el vook se presenta como un libro electrónico al que se le han intercalado breves películas que actúan, no como añadidos o ampliaciones, sino como verdaderos recursos narrativos que hacen avanzar el libro, siendo imprescindibles para la lectura, convertida ahora en lectura/visionado; de ser yo una de las promotoras la llamaría vlectura visto el nombre del invento.
El hecho de que los e-readers líderes del mercado, Kindle y Sony, no permitan el visionado de películas restringe el uso de estos libros al ordenador y al teléfono móvil y similares, al menos de momento, y así se pueden adquirir los vooks para la modalidad online o para el ipod, a precios bastante razonables.
Simon and Schuster, grupo editorial madre del invento, presentó este pasado jueves este proyecto que ha comenzado con la publicación de novelas como la romántica Promises de Jude Deveraux o el thriller Embassy de Richard Doetsch, ambas escritas directamente para el proyecto. Tal y como dicen los promotores, no se trata de incluir un tráiler o unas imágenes, sino de aprovechar la capacidad narrativa que ofrecen ambas expresiones.
Si lo consiguen o no es algo que tendrán que juzgar los lectores y la cuenta de resultados. Por ahora, parece una de las iniciativas más robustas entorno a la literatura electrónica, ya que va más allá del acompañamiento de material en diversos soportes y aunque es un formato que parece más interesante para libros de ensayo y similares, cada vez hay más lectores de literatura dispuestos a probar cosas nuevas.
Más información: Vook