Dentro del nuevo mundo que la tecnología está creando para el mundo de la edición destaca, y ya lo hemos comentado en varias ocasiones, el Print on Demand (POD) o Impresión bajo demanda.
La Espresso Book Machine es una herramienta capaz de imprimir y encuadernar un libro en calidad bolsillo en apenas cuatro minutos, ofreciendo la posibilidad de obtener cualquier libro disponible de forma electrónica en muy poco tiempo y en cualquier lugar.
Hay varios problemas con esta máquina. El primero de ellos, el más complicado de solucionar, es el del fondo editorial disponible. Está claro que no tiene sentido poder imprimir cuatro o cinco libros nada más. Mientras que las editoriales, por el momento, no se pronuncian sobre qué van a hacer, Google, como viene siendo habitual, ha dado un primer paso, y bastante importante.
Todas las obras digitalizadas libres de derechos, aquellas que no están en litigio en estos momentos -hay obras de las que se desconoce el dueño actual de los derechos y están en una especie de limbo legal a la espera de solución- podrán ser impresas por la Espresso Book Machine. Incluso Google ya ha indicado cuál sería el precio apropiado, 8 dólares, con lo que quedarían 3 para el librero tras descontar costes y derechos para Google y la empresa de OnDemand books.
Es de suponer que la idea de Google es abrir este servicio en un futuro a cualquier obra que esté disponible en Google Books, creando una biblioteca infinta de obras que jamás se descatalogarían. Un proyecto por el cual Google puede que se enfrente a una demanda de monopolio en Estados Unidos.
El otro problema de la Espresso Book Machine es el precio, ya que un pequeño librero tendría que hacer una fuerte inversión para tener una en propiedad. Supongo, lo han empezado a comentar en OnDemand Books, que las máquinas se alquilarían. Veo más probable un renting, ya que la tecnología avanza demasiado rápido como para confiar en un sólo modelo para muchos años. Un sistema de alquiler podría solucionar esto y daría salida a un mercado de segunda mano para estas máquinas.
¿Quién sale perjudicado con este sistema? Las distribuidoras de libros físicos, que sufrirán un golpe duro si este tipo de compra, mucho más cercano al mercado tradicional que el de los e-books, acaba por imponerse. En cuanto a las editoriales, si reciben lo mismo por libro que por su edición de bolsillo sin tener que hacer una inversión previa… supongo que no se lo pensarán demasiado.
Una nueva oportunidad para conseguir un mercado sostenible en base a un avance tecnológico que quizá sea más del agrado de aquellos empresarios que identifican copia digital a piratería.