Es difícil hablar de Un coro de niños enfermos, no es una novela al uso, no es nada fácil de seguir en un principio y tampoco ofrece resoluciones satisfactorias a todo lo que se plantea durante la narración. Ni falta que le hace, por otro lado.
Piccirilli no nos cuenta una historia, nos invita a que participemos de su propio y enfermizo mundo, nos deja mirar por una diminuta ventana para contemplar unos meses en la vida de los protagonistas y compartir parte de su vida, sus sueños y sus más profundos miedos.
Teniendo en cuenta que hay protagonistas como los trillizos deformes unidos por la frente que comparten parte del cerebro y cuyas personalidad distan mucho de poder ser consideradas como normales, o bien las viejas brujas, los seres del pantano que buscan la semilla de X, los detectives paranoicos y violentos o el mismo X, heredero de un legado desconocido, repugnante y atractivo a la vez.
Del mismo modo es difícil contar algo del argumento, cuyo único hilo conductor es quizá los pensamientos de X, a medida que recibe los sueños de su padre y de su madre, trata de convivir con sus hermanos y mantener alejadas las pesadillas que cobran forma en cada tormenta de almas y que acuden a él como moscas a un pastel de frutas.
La ambientación sí que es reseñable. El sur profundo, de pantanos y ciénagas, de caimanes y fanáticos, tanto cristianos como paganos, se muestra de una manera húmeda y agobiante, llena de lluvias torrenciales, insectos y cadáveres escondidos.
Un coro de niños enfermos es un libro hermoso y terrible que es imposible que guste a todo el mundo y que jamás se convertirá en un best-seller. Es demasiado personal, oscuro y fragmentado, carece por momentos de un hilo conductor y a veces resulta demasiado críptico. Su final -¿anticlimático? ¿climático? ¿onírico? no lo tengo del todo claro- aparece con brusquedad, quizá con demasiada.
En resumen, un libro para aquellos enamorados de un tipo de terror suave y progresivo que no necesita de grandes alardes para producir una inquietud y desazón continua. Quizá a aquellos interesados en los aspectos más oscuros del Sur de los Estados Unidos también lo encuentren interesados, así como los aficionados a los fenómenos de Feria y la literatura pulp y bizarra.
Tom Piccirilli
Un coro de niños enfermos