Nombres conocidos que no necesitan mucha promoción, apuestas seguras, continuación de best sellers … parece que esto es lo que podemos esperar de la campaña editorial de este otoño, en la que la caída de ventas lleva a posiciones más conservadoras, si cabe. La pregunta, en realidad, sería donde está la noticia, puesto que, sin la sombra de la crisis, las editoriales grandes, que son las que dominan y marcan el mercado, llevan varios años sin realizar apuestas arriesgadas, más allá de buscar el best seller de la temporada que les salve la cuenta de resultados, comportamiento empresarial que tienen todo el derecho de hacer por mucho que incidan cada vez más en el mercado y menos en lo editorial.
En unas semanas tendremos lo nuevo de Dan Brown, El símbolo perdido, de la mano de Planeta, un Murakami, El fin del mundo y un cruel país de las maravillas, desde Tusquets o Una novelita lumpen de Bolaño desde Anagrama. Sea como sea, con crisis o sin ella, se sigue con el alto ritmo de publicación de novedades, que ya ha sido criticado en más de una ocasión por no poder ser asumido por las librerías, lo que hace que un título tenga muy poco tiempo para hacerse un hueco en las ventas, si es que llega al expositor.
Mientras esperamos a ver cual será el tema de moda de la temporada y como se van posicionando los títulos para la temporada de Navidad (esos días en los que las grandes superficies del libro son tomadas por los best sellers y los libros de cocina) no parece que vayamos a encontrar muchas sorpresas, aunque siempre aparece ese libro que nadie sabe cómo se cuela en las listas de ventas y del que todo el mundo habla durante unas semanas. Lo que parece claro es que a la hora de analizar en momento en el mundo editorial hay casi tantas opiniones como editoriales o especialistas.
Vía: Público