Se suceden, en los últimos meses, las noticias en torno a la vida y obra de Ernest Hemingway: Hollywood parece interesada en hacer una película sobre su vida y también adaptará su obra póstuma Islas a la deriva, y el proyecto de digitalizar todos los escritos encontrados en su casa cubana va viento en popa. Ahora nos sorprende su inclusión en el ensayo Spies: The Rise and Fall of the KGB in America (que podría traducirse como Espías: Ascenso y caída de la KGB en América), una obra editada por el servicio de publicaciones de la Universidad de Yale. En ella se revela que el ganador del Premio Nobel fue durante un tiempo agente de la KGB en los Estados Unidos. Escrita por John Earl Haynes, Harvey Klehr y Alexander Vassiliev, el libro está basado en las notas que este último, un oficinista de la agencia de inteligencia y espionaje soviética, tomó en la década de los 90 de los archivos de la época de Stalin.
Según parece, Hemingway fue reclutado en 1941, antes de un viaje a China, adoptando el nombre en clave de “Argo”, y expresando repetidamente, siempre según el libro, “su deseo y disponibilidad para ayudar a la KGB en todo lo que pudiera”, como se lo hizo saber a agentes soviéticos que se entrevistaron con él en La Habana y en Londres durante los años siguientes. Sin embargo, su labor no tuvo ninguna repercusión debido “a su imposibilidad de dar a la agencia ninguna información política (…), y nunca se le probó en un trabajo de campo”. Así, los contactos con “Argo” cesaron a finales de la década de los 40.
La “pertenencia” a la KGB podría explicar la insistencia de Hemingway, durante la Segunda Guerra Mundial, de participar en las misiones del barco pesquero “El Pilar”, que patrullaba las aguas al norte de Cuba en búsqueda de submarinos alemanes. Las notas codificadas de la misión fueron abundantes, aunque sólo hubo un avistamiento confirmado.
Según el diario inglés The Guardian, haciendo gala de una meritoria imaginación para enlazar hechos que poco o nada tienen que ver, este supuesto escándalo alrededor de la figura de Hemingway se une a otros que, en los últimos años, han afectado a escritores y artistas que labraron sus reputaciones durante la Guerra Civil Española, tal es el caso del inmortal escritor George Orwell (acusado de “cripto-comunista” por algunos estudios, incluso cuando ya renegaba públicamente del estalinismo), el fotógrafo Robert Capa (su obra más conocida, “Muerte de un miliciano”, podría ser un montaje según se ha podido deducir tras encontrarse algunos viejos negativos) o Martha Gellhorn (la que fue la tercera esposa de Hemingway, curiosamente), acusada de un odio racial intenso hacia los árabes.
Ernest Hemingway