La escritora americana Donna Leon, residente en Venecia desde hace más de viente años, está en la Universidad Menéndez Pelayo impartiendo parte del curso Escribiendo novela policíaca.
Donna Leon lleva mucho tiempo escribiendo policial y tiene a sus espaldas una serie de libros, la del Comisario Brunetti, que ha tenido mucho éxito fuera de Italia -no es que allí no triunfe, es que Leon no deja que se publiquen sus novelas, al parece por preservar su propio anonimato (o para que los italianos no le busquen las cosquillas de la documentación, que también podría ser)- y ha dejado algunas declaraciones que merecen la pena el comentario.
Por de pronto opina que la ecuación de investigación, asesino descubierto y castigo ya no funciona, que en la sociedad actual ya nadie espera el castigo (al menos de los ricos). A eso cabría preguntar si Donna Leon hace diferencia entre la novela negra social y la novela enigma tipo Agatha Christie que, en realidad, es la que ella practica. En la novela negra hace muchísimo tiempo que sucede lo que comenta la escritora, posiblemente desde antes de su primer libro, y quizás ahora suceda lo mismo en las novelas enigma, donde lo importante es más resolver el puzzle que las motivaciones, o la situación social, descritas en la trama. Renovarse o morir, supongo
Luego, para redondearlo, se suelta un poco contra Larsson ahora que el sueco no se puede defender y comenta que
Leí el primero, Los hombres que no amaban a las mujeres, y pensé que era patológicamente malo, principalmente porque su actitud es un agravio al amor humano, a las relaciones humanas. Todos los contactos sexuales son violentos o fuera de límites, no hay pasión en el libro, tan sólo pasión por violencia o por venganza
La verdad es que Larsson no es, a mi juicio, un grande de la novela negra -en todo caso es un escritor normal con una gran capacidad para el ritmo– y entiendo que, dentro del mismo género, Donna Leon y él estén en puntos opuestos de cómo trabajar. Lo cierto, también, es que Donna Leon, en mi opinión totalmente subjetiva, no es tampoco una escritora para tirar cohetes y se centra en un tipo de novela que se rige por esquemas similares y, aunque ha ido mejorando, sigue escribiendo novelas para pasar el fin de semana algo entretenido y poco más.
Descartar que el odio y la venganza son dos emociones viscerales que la mayor parte del género humano lleva dentro a flor de piel en muchas ocasiones es desconocer de tal modo la naturaleza humana que da que pensar a la hora de analizar los personajes creados por Leon. Lo curioso es que no se queja de la violencia, se lamenta de que falta pasión. Quizás es que es no capaz de ver esa pasión tan cruda y seca expuesta desde el punto de vista nórdico.
Donna Leon