Irán. Año 2009. Una mujer perturbada con una infancia difícil y aficionada, como tantos iraníes, a las novelas de Agatha Christie. Un problema de dinero que parece fácil de solucionar: asesinar mujeres para robarles sus joyas siguiendo las directrices aprendidas en las novelas de la dama del crimen. Pero la exitosa carrera de la primera asesina en serie de Irán, se ve truncada por una detención por tráfico. Y es en estos momentos cuando se puede decir que la realidad supera a la ficción.
Todo este drama que se ha saldado con la muerte de cuatro mujeres y un varón, se ha producido a unos 150 kilómetros de Teherán en la ciudad de Qazvin donde la joven Mahin ha confesado tras su detención estos asesinatos, al tiempo que ha apuntado que fueron los libros de Agatha Christie los que le dieron las ideas para los crímenes.
Sus víctimas eran mujeres de mediana edad y que, tras conversar con ellas, le recordaban a su madre. Se trataba de atraer a mujeres que estaban orando en las capillas de la ciudad y a las que recogía para llevarlas a casa. Una vez allí las drogaba y las asfixiaba para robarles las joyas. Una huella de un pie fue lo que permitió a la policía saber que se trataba de una mujer y poner sobre aviso a la prensa, lo que permitió que una mujer que había leído sobre los crímenes avisara a la policía de que había visto a una sospechosa huyendo en un coche. No hay duda de que en lugar de leer novelas de principios del XX nuestra asesina debería ver CSI y no ir dejando huellas por ahí.
No han dicho qué libros de Agatha Christie eran concretamente los que seguía la joven de treinta años para cometer sus crímenes pero está claro que en occidente ya se estaría preparando una edición especial. No sabemos si ese será el caso en Irán aunque esperamos que al menos, después de este caso, no decidan prohibir las novelas de la autora inglesa por perniciosas o algo similar, teniendo en cuenta además que se trata, curiosamente, de una autora muy vendida en ese país.
Agatha Christie