Para terminar con esta serie de artículos sobre la Guerra Civil española hay que mencionar, más brevemente de lo que sería menester, el impacto que en la literatura no hispana tuvo la contienda, la mayor parte (no siempre) de la pluma de autores que vivieron de primera mano el conflicto.
Es el caso del estadounidense Ernest Hemingway, autor de clásicos de la literatura del siglo XX como Adiós a las armas (1929) o El viejo y el mar (de 1952 y ganadora del Premio Pulitzer al año siguiente). Una de sus novelas más conocidas, Por quién doblan las campanas (1940) está ambientada en la Guerra Civil, conflicto que el propio Hemingway observó in situ como corresponsal de guerra. El protagonista, Robert Jordan, es un joven estadounidense especialista en explosivos que se alista en las Brigadas Internacionales. Según la autobiografía de Iliá Stárinov, publicada en 1990, el personaje de Jordan podría estar inspirado en un judío estadounidense, adscrito a la unidad de saboteadores comandada por Stárinov, llamado Alex. En todo caso, son varios los hechos reales de la guerra que aparecen en la novela, entre ellos las batallas de Segovia y Brunete (la acción se desarrolla, precisamente, durante los preparativos para este acción bélica) o la ejecución de partidarios fascistas en Ronda, así como alusiones a personajes históricos de la guerra como La Pasionaria, Andrés Nin o Robert Hale Merriman, uno de los líderes de la brigada estadounidense (y otro del que se sospecha que pudo servir como fuente de inspiración a Hemingway para crear a Robert Jordan).
Muchos ignoran la importancia que tuvo en la obra de George Orwell, especialmente en sus dos obras más aclamadas (Rebelión en la granja y 1984), la Guerra Civil española. Alistado en una brigada de milicianos del POUM (el marcadamente anti-estalinista Partido Obrero de Unificación Marxista), Orwell fue herido en el cuello cerca de Huesca a mediados de 1937, durante su participación en las campañas del frente aragonés, justo cuando los comunistas y los agentes soviéticos conseguían criminalizar al POUM (les acusaron, entre otras cosas, de servir a los intereses de la Gestapo) e ilegalizarlo al tiempo que secuestraban y asesinaban a varios de sus dirigentes (entre ellos el ya mencionado Andrés Nin), llegando el escritor inglés a temer por su vida. Si bien su obra Homenaje a Cataluña está dedicada expresamente a aquellos meses de lucha junto a otros milicianos y brigadistas, su giro ideológico radical desde el comunismo hacia el anarco-sindicalismo, primero, y el socialismo democrático, después, nace precisamente en el tiempo transcurrido en España, en el que vivió de en directo los métodos que Stalin y sus agentes se gastaban con los disidentes del movimiento obrero soviético. De ahí la crítica despiadada al dictador georgiano que aparece en Rebelión en la granja, y de ahí la brutal distopía de 1984, un fiero alegato en contra del totalitarismo y de los métodos de negación de la realidad y sumisión total al régimen que, desde Moscú, Stalin inculcó durante décadas a millones de personas.
Habría que mencionar por último a dos autores más, mucho más desconocidos, como son el francés André Malraux y el estadounidense Peter Wyden. Malraux participó activamente en la contienda española, burlando los tratados franceses de no intervención comprando material bélico francés a través de terceros y formando un batallón propio, la Escuadrilla España, que llegó a realizar más de veinte misiones de ataque durante la guerra. Posteriormente volvió a Francia, donde lideró la brigada Alsace-Lorraine de la resistencia francesa, siendo después uno de los miembros del gabinete de De Gaulle, llegando a ser Ministro de Cultura. Muchas de sus obras están impregnadas de un compromiso social que ya manifestó tanto en Indochina como en España, lugares en los que su literatura se vio visiblemente afectada. Por su parte, cabe recomendar encarecidamente la obra de Wyden La guerra apasionada, una de las más lúcidas narraciones sobre la Guerra Civil aunque no llega a hacer olvidar la excelente Día Uno – Así empezó la era atómica, en donde se incluye el estremecedor relato de los primeros días tras la caída de la bomba atómica para la población de Hiroshima.
La guerra apasionada