Aunque Amazon no se haya metido en el mercado español, es de todos conocido que se trata de la tienda virtual más grande del mundo. Digo tienda virtual y no sólo librería debido a la ingente cantidad de cosas que se pueden comprar a través de Amazon, desde peluches a películas, desde cables para el ordenador a comida enlatada.
De todas formas, el negocio donde Amazon destaca es en el de los libros. Sobre todo por su excelente, hasta ahora, algoritmo para destacar y recomendar productos. Cualquiera que haya utilizado Amazon para comprar alguna vez sabe que cada vez que acceda a su cuenta recibirá un buen montón de recomendaciones preocupantemente -para el bolsillo– acertadas, tanto de novedades como de productos en stock.
Las listas de superventas o más visitados, o de mejor valorados, son una herramienta clave en el marketing de Amazon. Miles de personas utilizas esas listas o el sistema de recomendaciones para elegir su compra.
La semana pasada, sin embargo, algo se torció en Amazon. Todos los libros que estaban marcados como de temática adulta fueron excluidos del sistema -que no de la tienda: eran accesibles pero sin puntuación visible- así que, para la inmensa mayoría del mercado, desaparecieron.
Aquí es donde se complica la historia. Libros marcados como “adultos” o “eróticos” no eran accesibles, así como los que llevaban la etiqueta de “sexo”. Teniendo en cuenta que el proceso de clasificación es manual, por lo tanto un tanto arbitrario, se dieron casos tan curiosos como que el libro El amante de Lady Chatterley no aparecía mientras que el libro con las mejores portadas de Playboy -clasificado bajo “fotografía”– no se veía afectado. Al mismo tiempo, toda la literatura marcada como gay también se salía del sistema.
Así que Amazon ha sacado, en teoría, la literatura “para adultos” fuera de sus listas, al parecer con poca idea, deprisa y corriendo, generando un montón de feedback en contra -ya hay más de 10.000 firmas protestando- al mismo tiempo que su habitual “saber hacer mediático” se ha visto comprometida. Apenas han dado información, aunque se han disculpado y dan a entender que lo van a “arreglar”, y los rumores, a mi me encanta uno sobre un empleado francés de Amazón que había “tocado algo rompiéndolo todo”, se multiplicaron.
Más allá de la mera noticia, muchos escritores y editores se han visto, de repente, enfrentados a una realidad que no querían afrontar: Amazon es un monstruo cercano al monopolio, si decide sacarte de las listas desapareces y tus ventas se van por el sumidero. Por otra parte… ¿quién puede decidir en el futuro qué es mejor que se lea y qué no? Ni siquiera tendrían que censurar un libro, tan sólo dejarlo perderse en un inmenso océano de títulos generados al azar..
El amante de Lady Chatterley