Dentro de las diversas iniciativas que, mediante la digitalización y aprovechando las nuevas tecnologías de la comunicación, van haciendo realidad el sueño de la disponibilidad universal bibliográfica, aparece la Biblioteca Digital Mundial que, bajo el auspicio de la UNESCO, pretende poner a disposición de los internautas y de manera gratuita verdaderos tesoros de la cultura mundial. El proyecto nace en 2005 cuando James H. Billington, cabeza de la Library of Congress, le propuso a la UNESCO la creación de una biblioteca digital mundial considerando que:
…podría tener el efecto beneficioso de unir a las personas, exaltando el carácter profundo y excepcional de las diferentes culturas en un proyecto a escala mundial.
Entre los objetivos de este proyecto, y el que lo hace destacar respecto a otras iniciativas similares, encontramos la clara apuesta por ampliar la cantidad y calidad de contenidos culturales en Internet que no tengan el inglés como idioma, ni garanticen el punto de vista occidental. Este carácter multicultural lo podemos encontrar en los países que han colaborado con la Biblioteca Digital Mundial, donde, si bien encontramos a los EE.UU como es lógico ya que la iniciativa parte de la Biblioteca del Congreso, hay pocos países de la U.E. destacando la presencia de Arabia Saudita, China, Brasil, Mali o Japón; sólo encontramos a México como país hispanoparlante.
Entre los tesoros que podremos encontrar, podemos destacar el Hyakumanto darani o Un millón de pagodas y los orantes Darani, de Japón, uno de los más antiguos ejemplos de impresión que se conocen, nada más y nada menos que del año 795 o la Biblia del Diablo, obra del siglo XIII aportada por la Biblioteca Nacional de Suecia. Este libro, también conocido como Codex Gigas, fue robado en Praga como botín de guerra del ejército sueco en la guerra de los Treinta Años y es conocido como el de mayor tamaño de la época medieval, con casi un metro de altura y más de 600 páginas.
La Biblioteca Digital Mundial será presentada oficialmente en la sede de la UNESCO en París el veintiuno de abril y está siendo patrocinada en parte por la iniciativa privada, destacando empresas como Google o Microsoft.