Dentro de la hornada de reality shows actuales, entre los que van sobre bailarines, artistas de circo, cantantes o directemente freaks del espectáculo, destaca sobremanera el programa que emite Abu Dhavi TV y que se sigue prácticamente en todo el mundo árabe.
Se trata del programa Príncipe de los Poetas y se trata de un concurso dedicado a encontrar al mejor de los poetas a través de un duro aprendizaje y diversas pruebas. A la primera edición se presentaron más de 5.000 aspirantes de los que sólo unos pocos pudieron participar.
Bajo la dirección de un grupo de poetas reconocidos, los concursantes tienen que crear su poesía de una manera rítmica, respetando la poesía clásica. Por lo visto no son nada partidarios del verso libre que ha sido eliminado del concurso.
Tienen hasta pruebas en las que los poetas tienen que enfrentarse mediante la improvisación poética, mientras, en sus casas, los fieles espectadores -la audiencia del programa ha superado en ocasiones al fútbol- mandan SMS para decidir quién debe pasar a la siguiente fase del programa.
El premio, además del reconocimiento, no es nada desdeñable: 1.000.000 de dirhams o, lo que es lo mismo, 270.000 euros para el príncipe de los poetas.
La verdad es que no puedo imaginarme esto en España por mucho que me esfuerce. Aunque si aplicamos la variante Gran Hermano y metemos a doce poetas jóvenes dentro de una casa y los encerramos, espectáculo íbamos a tener para rato: traiciones, puñaladas, amoríos, desengaños y un montón de versos. El problema es que a nadie le iba a interesar la poesía.