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Friendo la cebolla: Günter Grass publica Payaso de Agosto

AutorVíctor Miguel Gallardo el 14 de marzo de 2009 en Noticias

Payaso de Agosto

Se han vertido ríos de tinta desde que en 2006 se publicó la obra autobiográfica Pelando la cebolla, en la cual el autor alemán Günter Grass relata, de forma fragmentaria, sus años de juventud desde el inicio de la Segunda Guerra Mundial (cuando contaba con once años) hasta la publicación de la que es su libro más universal, El tambor de hojalata (en 1959, con treinta y dos años). Lo especialmente reseñable de esta biografía es que, por primera vez, Grass reconoció haber luchado con las Waffen-SS durante la contienda. Hasta entonces era de dominio público que con diecisiete años había ingresado como voluntario en el ejército, pero su pertenencia al más mortífero y sanguinario cuerpo de élite del Reich y, sobre todo, el silencio al respecto durante más de sesenta años sentaron muy mal en gran parte de sus críticos y lectores, sobre todo en Alemania, país especialmente sensibilizado ante la cuestión nazi.

No tiene nada de especial el ingreso de un muchacho de una región deprimida de la Gran Alemania (Danzig, actualmente en Polonia) en una organización que, en 1944, era vista por la población alemana como el instrumento más válido para la defensa de la nación contra el enemigo exterior, especialmente el soviético. Como dice el mismo Grass en Pelando la cebolla:

Debí de considerar a la Waffen-SS como una unidad de élite, que entraba en acción cada vez que era necesario abrir un frente. […] Además las Waffen-SS tenían un aire europeo: agrupados en divisiones luchaban juntos franceses, flamencos, […] en el frente del Este […] para salvarnos de una oleada bolchevique.

Tampoco fue consciente de la labor oculta de la SS:

Durante mi entrenamiento para el combate con tanques no supe nada de crímenes de guerra […]. Pero mi llamada ignorancia no puede encubrir el hecho de que pertenecí a un cuerpo, un sistema, que planeó y organizó la destrucción de millones de seres humanos. Aunque yo mismo no me considerara culpable, siempre queda algo en la conciencia que no se puede limpiar, eso que solemos llamar con frecuencia responsabilidad compartida. Es seguro que tendré que vivir con ello para el resto de mi vida.

Grass

El recién publicado poemario Payaso de agosto recoge, con ilustraciones del propio autor, poemas basados en aquel verano de 2006 en que pasó de ser uno de los escritores de izquierdas más reputados de Europa a un apestado para según qué círculos. El título de la obra hace referencia a su percepción, mientras cierto sector de la prensa se cebaba en él, de no ser más que un payaso de circo que actuaba contra su voluntad.

Grass ha cargado en diversas entrevistas publicadas en las últimas semanas en Europa contra los medios de comunicación que lo acusaron de ser un hipócrita (cuando no descaradamente de tener un pasado nazi que sólo trató de ocultar después de la derrota) y, en algunos casos, de airear su turbio pasado para volver a estar en boca de todos y no sólo de los medios especializados. Ahora también surge la duda de si Payaso de agosto no es más que una venganza contra todos los que le vilipendiaron hace dos años y medio, una manera para convertirse en la víctima de la desagradable situación vivida y no en un escritor que basó su carrera en una mentira, como exageradamente se dijo dentro y fuera de Alemania.

“No siento ninguna necesidad de justificarme” comenta Grass en una entrevista recogida en el diario El País. “A estos críticos sólo les pediría una cosa muy sencilla: que lean los poemas.”

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