Desde Planeta se va a lanzar un libro dedicado a la obra de Chillida en colaboración con el museo Chillida-Leku, una obra con vocación decorativa, dedicada a los amantes del arte, y que estará compuesta por 60 reproducciones en facsímil creadas por el artista vasco, además otras 170 páginas en las que se recopilan todos los textos de Chillida.
Sobre lo que no sé, el libro, si es que se le puede llamar así, contiene los facsímiles de manera suelta en un cuerpo de madera y metal; la cubierta, de cristal, permite mostrar el interior. La tradición de libros como objeto puro de decoración aparece con la existencia de las primeras clases privilegiadas y el mecenazgo, pero con la aparición de la burguesía se genera un movimiento un tanto menos caro y más accesible. ¿Cuánto puede costar un libro como éste? Bastante dinero, posiblemente más de 2.000 euros de primera mano, un precio que se puede duplicar más adelante.
Antes de reflexionar sobre si la cultura es mejor si cuesta más adquirirla, hay que comentar otra noticia sobre el mismo tema. Fernando Arrabal presenta su última obra, también en formato de lujo, en su caso podríamos decir en formato épico u homérico, con unos volúmenes ilustrados por artistas chinos y que, según leo en Público:
En la obra, cada una de las veinte páginas del libro pesa más de un kilogramo, a los que hay que sumar los otros veintidós que pesa la caja metálica en la que va introducido.
Cada poema, escrito en inglés y chino, contiene la firma del autor y, para cada obra, Arrabal se ha desplazado a Venecia para plasmar su rúbrica.
Cada uno de los libros se puede ir a 300.000 euros, convirtiendo el contenido literario en algo superfluo frente al continente artístico. Evidentemente esto en una exageración, algo creado para millonarios ociosos, no me cabe duda, pero da una idea, extrema, eso sí, de la existencia, pese a la crisis, de un mercado para el libro fetiche.
Arrabal anunció la creación de esos Libros-Escultura mientras firmaba una edición de sus obras escrita con tinta creada a la manera medieval. Otro ejemplo más de libro fetiche, ediciones limitadas, papel de calidad, muchas veces con encuadernaciones artesanales. Objetos de distinción social que pronto, con la cada vez más abrumadora presencia del libro de bolsillo y pronto la del ebook, se convertirán en puntos focales de la decoración en las casas de aquellos que quieran estar a la última.
Me pregunto para cuándo un libro de Arrabal cubierto con cristales de Swaroski…
Fernando Arrabal