Clamando ya al cielo estaban muchos lectores desde hace meses por la práctica imposibilidad de encontrar un ejemplar de bolsillo de la inmortal novela de Mario Puzo, a no ser por puro azar o en librerías de segunda mano. Para los libreros era casi peor: justificar la descatalogación por parte de Byblos de uno de los libros más vendidos de todos los tiempos (a estas alturas la cifra supera ampliamente los veinte millones de ejemplares en todo el mundo) significaba convertirse en abogado del diablo (o de Ediciones B).
No obstante, todo huele a estrategia comercial muy bien montada: descatalogar el libro en formato bolsillo y, aprovechando que el 10 de marzo se cumplen cuarenta años de su publicación en Estados Unidos, lanzarlo a bombo y platillo en tapa dura, formato en el que ya hacía tiempo que no se imprimía en este país. El precio se cuatriplica (de cinco a veinte euros) pero para los aficionados al universo creado por Puzo y corroborado fílmicamente de manera excepcional por Francis Ford Coppola es una muy buena noticia.
A las ventajas de la nueva presentación se une una muy significativa para todos los que consideramos un libro como algo más que unas páginas encoladas llenas de letras: por fin se recupera una cubierta digna para la obra. Porque horrorosas eran las portadas a las que nos tenía acostumbrados la colección Byblos, y El Padrino no era la excepción que confirma la regla precisamente. La molesta costumbre de colocar en la portada fotogramas de películas (cuando no, directamente, el cartel promocional) en novelas que han sido adaptadas al cine tiene su sentido práctico en un mundo en el que hay más aficionados al cine que lectores. Ver a Tom Hanks en la edición de bolsillo de El Código Da Vinci es cuestión de tiempo (me pregunto si lo habrán hecho ya por otros lares), pero en todo caso ya podemos sustituir al bueno de Marlon Brando de nuestras estanterías por una portada basada en la original de 1969 ideada por los creativos de la editora G. P. Putnam´s Sons de Nueva York. A saber, la popular mano que maneja los hilos que luego se haría mundialmente famosa al ser incluida también en las tres películas basadas en la historia de los Corleone.
Esta reedición, y este aniversario, pueden suponer el momento perfecto para redescubrir la novela que hizo que la mafia se convirtiera en uno de los temas recurrentes en cine, literatura y televisión. Para los que ya la conocemos, volver a comprobar como un hombre bueno, Michael Corleone, acaba convertido en un digno sucesor de su padre, don Vito, nunca está de más. Para los que sólo conocen la saga cinematográfica y se declaran fanáticos, que haberlos haylos, es una oportunidad única para conocer cómo se generó todo. Sea como sea, nunca está de más volver a acercarse a Sicilia, Hell’s Kitchen y Long Island, las tres etapas en la vida de los Corleone.
Mario Puzo
El Padrino