Cuando apenas faltan unas semanas para el estreno en los cines de la esperada y temida, a partes iguales, adaptación al cine de la novela gráfica Watchmen, asistimos al análisis en varios medios de un cómic que revolucionó el género de los superhéroes y supuso el salto al gran público de una madurez que se venía gestando desde hacía unos años.
Dentro de ese análisis, nos hemos centrado en el libro W de Watchmen, escrito por Rafael Marín, todo un experto dentro del mundo del cómic, y que Dolmen ha sacado en su colección de Pretextos. No hay nadie mejor para explicarnos los entresijos de la obra de Moore y Gibbons, así que hemos decidido acudir al autor para que nos acerque un poco más a lo que podemos encontrar en su ensayo.
Lecturalia: Buenos días, Rafa. Gracias por atender nuestras preguntas. Lo primero: ¿cómo te convencieron para preparar un ensayo sobre Watchmen?
Rafael Marín: Es una de esas cosas que siempre tienes en la cartera, pero sabes que no vas a realizar en la vida, mayormente por falta de tiempo. Los editores de Dolmen me vienen pidiendo regularmente que les haga un nuevo guión de Iberia Inc, o un estudio sobre Buffy. Siempre les doy largas. Pero la oferta de hacer un estudio sobre Watchmen, cuando sólo hay artículos de diez o doce páginas como máximo, fue demasiado grande. Y creo que tener que hacer el estudio contrarreloj fue, más que un handicap, un aliciente. Watchmen, de todas formas, es ese tebeo recurrente en las conversaciones y análisis de los lectores y creadores de tebeos; yo mismo había hecho hace años un artículo introductorio al tema.
Lecturalia:¿Es Watchmen tan bueno como dicen? ¿Es cierto lo de que marca un antes y un después en la historia del cómic?
Rafael Marín:Posiblemente es muchísimo más bueno de lo que creemos. Alan Moore siempre va un paso por delante de todas las interpretaciones que se hacen a su obra (y en mi estudio he descubierto interpretaciones muy jugosas, además de darle el valor que nunca se le habia dado antes al dibujante, Dave Gibbons). Lamentablemente, creo que no, que no marcó un antes y un después. Fue un tebeo que significó, sobre todo para los lectores de superhéroes, el fin de la inocencia; pero luego no se han sabido hacer buenos tebeos de superhéroes a su estela.
L: Dime sinceramente si te gusta la subtrama de los piratas.
RM: Como contrapunto a la locura de Ozymandias y como reflejo de la locura de los demás personajes es indispensable. Si la quitamos, la obra pierde un matiz y una de las voces que nos alerta de lo que va a pasar casi desde su aparición. En cualquier caso, es muy distinto leer la subtrama de piratas tal como fue concebida, mes a mes, que en una “novela gráfica” de corrido, donde quizás pierde un poco de su fuelle.
L: Un personaje de Watchmen con el que te identifiques.
RM: Mi favorito es, por enigmático, precisamente el que está muerto: El Comediante. Pero no me identifico con ninguno: creo que los lectores no son capaces en general de comprender que ellos (nosotros) somos Búho Nocturno, no Rorschach. Ni de darnos cuenta de que todos los superhéroes que leemos en otros títulos son en el fondo unos megalomános totalitarios como Ozymandias.
L: ¿Crees que la adaptación cinematográfica estará a la altura? ¿Los cambios para adaptar la novela a nuestro “pasado-futuro” serán demasiado importantes?
RM: Ya hemos visto que adaptar la estética de un tebeo (lo aprendimos con el primer Batman de Tim Burton) no es adaptar la ética de ese tebeo. En foto fija es una cosa, en imagen móvil es otra. Watchmen, además, es una reflexión sobre el superhombre de tebeo: sacarlo de ahí va a ser muy complicado.
L: Dinos qué vamos a encontrar en W de Watchmen para convencernos de ir a comprarlo.
RM: Un estudio sincero y apasionado que intenta sumergirse en el proceso de creación de los autores y que espero que se lea con la intensidad de una novela.
L: Pues nada más, de nuevo gracias y hasta pronto.
Rafael Marín
W de Watchmen