Según un par de análisis realizados en Estados Unidos -y como tales siempre habrá que tratar los datos ofrecidos con cuidado-, durante el año pasado se registró un descenso en la venta de libros en papel de hasta un 20%. Es mucho, cierto, puede que la crisis esté pasando factura a la industria editorial bajando su nivel de ventas habitual, aunque quizá haya que esperar a que pase la campaña navideña antes de sacar conclusiones finales.
Lo interesante es juntar ese 20% de descenso con el 73% de aumento que han experimentado las ventas de libros electrónicos durante el mismo periodo. Los e-books son un más baratos que los libros tradicionales -aunque no tanto como deberían, la verdad- y la introducción de sistemas de lectura como el Kindle de Amazon se tienen que ir dejando notar en el mercado.
¿Eso quiere decir que el declive del libro en papel ha empezado ya? Es posible, como ya he dicho son datos un poco cocinados, pero sí que se tiene que empezar a notar la facilidad con la que se pueden comprar libros y cómo el usuario se va acostumbrando a comprar prácticamente de todo por Internet.
En España sería interesante tener acceso a ese tipo de datos, si es que las ediciones electrónicas de pago tienen ya un impacto serio en la distribución, pero me parece que aquí estamos todavía a años luz de la situación americana, tanto en comercio electrónico en general como en venta y lectura de e-books.
Vía: Comunicación Cultural