Fue encarcelado por los holandeses, por independentista, durante el periodo colonial. Tras la invasión japonesa, trabajó como periodista para los invasores. Después de la independencia, fue encarcelado nuevamente por sus críticas al régimen de Sukarno, y tras el advenimiento de Suharto, que quemó toda su biblioteca y sus manuscritos, volvió nuevamente a la cárcel, esta vez en la isla Buro, en las que se recluía a los presos políticos, por sus simpatías comunistas. En ella, al no permitírsele escribir, transmitió oralmente a otros presos lo que sería su tetralogía denominada Buro. Fue liberado en 1979, pero continuó en prisión domiciliaria hasta 1992.
