De joven sirvió en la Armada Francesa y tras abandonarla se integró en los bajos fondos parisinos. Como consecuencia del asesinato de un proxeneta, fue condenado a trabajos forzados a perpetuidad, primero en la prisión de Caen y después en la Isla del Diablo. A partir de ese momento, comenzó una serie de fugas, reingresos en prisión e intentos de fugas a lo largo de varios años, hasta que la prescripción de su crimen le permitió volver a Francia. Se cuestiona la veracidad de algunos de sus episodios.
Toda su ajetreada vida, fue escrita en su libro Papillón, éxito mundial en ventas y también llevado al cine.