Anécdotas de escritores VIII
-El escritor Alan Furst se impuso algunas condiciones muy raras cuando creó sus primeras novelas. Las escribió con un ojo cerrado, los pies atados, con la mano izquierda y con un lápiz casi sin punta. No es el único escritor con manías peculiares; Ernest Hemingway a menudo escribía en la cama, Graham Greene escribía exactamente 500 palabras al día, dejando una frase a medias si era necesario, y James Joyce escribía siempre en una esquina.
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