Nació en la clínica del Kremlin, pues allí lo envió su abuelo Ignacio Gallego, miembro del PCE, afectado de una parálisis cerebral, siendo separado de su madre con año y medio de edad. A partir de ahí, fue internado en varias instituciones y orfanatos acabando en un asilo de ancianos para enfermos irrecuperables. Aún así, logró licenciarse en Derecho e Informática. Logró escapar en 1990 y tras muchas vicisitudes, encontró a su madre (que le cría muerto) en Praga. Vino a España donde fue operado con éxito y comenzó a escribir.
Su escasa producción, de carácter autobiográfico, narra con escritura sencilla y de frases cortas, pero cargadas de lirismo y emoción, como la esperanza y el bien vencen a la angustia y el horror.