Poeta hispanolatino, Prudencio destacó por su gran cultura clásica, siendo considerado como uno de los grandes autores cristianos de la Antigüedad.
Profesor de retórica y experto en leyes, Prudencio también desarrolló una notable carrera como funcionario del Imperio, llegando a ser Gobernador y Prefecto, antes de su conversión al cristianismo, momento en el que comenzó a dedicarse a la poesía religiosa.