Mago profesional canadiense, residente en EEUU, James Randi dejó su carrera en el mundo del entretenimiento al llegar a los 60 años, para dedicarse a perseguir y desenmascarar investigaciones paranormales, ocultistas y otros sucesos aparentemente sobrenaturales.
A través de su fundación (JREF), Randi ofrece un millón de dólares a quién pueda demostrar una afirmación sobrenatural bajo condiciones de estudio determinadas. Hasta el momento nadie ha logrado hacerse con el dinero.