Resumen y sinopsis de El manuscrito carmesí de Antonio Gala
En los papeles carmesíes que empleó la Cancillería de la Alhambra, Boabdil —el último sultán— da testimonio de su vida a la vez que la goza o la sufre. La luminosidad de sus recuerdos infantiles se oscurecerá pronto, al desplomársele sobre los hombros la responsabilidad de un reino desahuciado. Su formación de príncipe refinado y culto no le servirá para las tareas de gobierno; su actitud lírica la aniquilará fatídicamente una épica llamada a la derrota.
Desde las rencillas de sus padres al afecto profundo de Moraima o Farax; desde la pasión por Jalib a la ambigua ternura por Amín y Amina; desde el abandono de los amigos de su niñez a la desconfianza en sus asesores políticos; desde la veneración por su tío el Zagal o Gonzalo Fernández de Córdoba al aborrecimiento de los Reyes Católicos, una larga galería de personajes dibuja el escenario en que se mueve a tientas Boabdil el Zogoibi, el Desventuradillo.
La evidencia de estar viviendo una crisis perdida de antemano lo transforma en un campo de contradicción. Siempre simplificadora, la Historia acumuló sobre él acusaciones que se muestran injustas a lo largo de su relato, sincero y reflexivo. La culminación de la reconquista —con sus fanatismos, crueldades, sus traiciones y sus injusticias— sacude como un viento destructor la crónica, cuyo lenguaje es íntimo y apeado: el de un padre que se explica ante sus hijos, o el de un hombre a la deriva que habla consigo mismo hasta encontrar —desprovisto, pero sereno— su último refugio.
La sabiduría, la esperanza, el amor y la religión sólo a ráfagas le asisten en el camino de la soledad. Y es ese desvalimiento ante el destino lo que lo erige en símbolo válido para el hombre de hoy.
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Una historia con un rigor histórico sobresaliente que se pierde en la indiferencia a medida que uno va pasando las hojas. Pese a que el libro gira alrededor de la vida interior de Boabdil, no he llegado a empatizar con el protagonista ni tan solo un instante. Le falta emoción y le sobran , como mínimo, 100 páginas.
En su día fue una fantástica lectura. Con un estilo y un lenguaje superiores, lástima que Gala se agote para el lector después de afrontar un par de novelas suyas.
La mejor prosa de Gala nos narra con belleza y sensibilidad la tortuosa vida de un hombre derrotado por la Historia.
Mi queridísimo Antonio Gala, con éste no pude. Se me hizo muy pesado y muy tedioso.
Me ha encantado.
Es un libro que describe la vida de los últimos años de Boabdil, y lo hace con un grado de sensibilidad extraordianario.
No se si lo que cuenta es toda la verdad de lo que sucedió, pero que mas da, seguro que se parece mucho. El caso es que se me ha hecho muy ameno y lo recomiendo.
Hay que tener en cuenta que las decisiones que hubo que tomar en ese momento de la historia (Entrega de Granada) fueron muy importantes y mas si eso descansa solamente en los hombros de una sola persona.
Siento mucho calificar un libro con tan baja puntuación. Lo he terminado porque NUNCA dejo un libro a medias. Con éste he tenido serios problemas para cumplir mi palabra. Es una prosa tediosa, farragosa, lenta, pesada... Conclusión: Antonio Gala no es mi estilo. Esta misma historia contada por otro escritor tiene que ser deliciosa porque la verdad es que me apasionan los hechos reales. Pienso que estamos donde estamos debido a los acontecimientos sucedidos en el pasado. Bueno, borrón y cuenta nueva. ¡A por otro libro!
Me gustó mucho y sorprendentemente se me hizo corto. Narra la vida de Boabdil, aderezado con la vida diaria del califato.
Interesante inicio que se queda en nada. Lento, tedioso, pudo conmigo
Leer a Gala siempre me engancha por sus personajes. Este libro además, lo hace con las descripciones. La historia del protagonista dura, como la vida misma.
El principio es muy intrigante y engancha, pero luego se pierde entre innumerables descripciones de batallas y guerras. Estuve a punto de dejar de leerlo.