Resumen y sinopsis de Demasiada felicidad de Alice Munro
Una joven madre recibe consuelo inesperado por la muerte de sus tres hijos, otra reacciona de forma insólita ante la humillación a la que la somete un hombre; otros cuentos describen la crueldad de los niños y los huecos de soledad que se crean en el día a día de la vida de pareja. Y el último cuento trata de Sophia Kovalevsky, una matemática rusa que vivió a finales del siglo XIX, en su largo peregrinaje en busca de una universidad que admitiera a mujeres como profesoras.
Anécdotas en apariencia banales se transforman en las manos de Munro en emociones, y su estilo transporta estas emociones sin dificultad, gracias a un talento excepcional que arrastra al lector dentro de las historias casi sin preámbulos.
Los personajes de Munro arrastran heridas del alma, o bien se abren al mundo desde su inexperiencia; en ambos casos, el punto de vista suele ser el de la edad. Cada cuento se asemeja a un intricado tapiz, engañosamente simple a primera vista, donde el lector debe intuir la trama oculta, lo importante, disimulado tras numerosos rodeos (¿demasiados?) con los que la autora desmenuza con parsimonia la narración, sus capas sucesivas, hasta llegar a un instante significativo, lo turbio bajo una superficie en calma. “Dimensiones” presenta un trágico episodio de celos y asesinato, por desgracia habitual en cualquier telediario, una mujer rehaciendo su vida y superándolo, entre viajes constantes, intentos de entender… la reflexión de un demente es sin embargo lo que ayuda e insufla nuevas esperanzas, y este afán por aferrarse a la vida, por revivir a los muertos, lo demostrará al presenciar un aparatoso accidente. “Ficción” gira en torno a distintos tipos de amor no correspondido, su asimilación difícil aunque no queramos verlo, las cosas que pasan, lo que fuimos y lo que somos. Tras una elipsis de años, la literatura sirve para exorcizar el pasado, todo se convierte en ficción… pero nunca es tarde para sufrir otro desengaño y la línea que separa la inocencia y la crueldad puede ser muy fina.
“El filo de Wenlock” trata de un descubrimiento cruel de la vida, de la pérdida de una inocencia pueblerina a partir del encuentro entre dos muchachas muy diferentes (la tortuosa experiencia vital de una de ellas, resumida en apenas unas líneas). Las repercusiones de este choque, con peculiares juegos de poder y eróticos de por medio, conducirá a una pequeña venganza final. “Pozos profundos” arranca de un accidente infantil y habla de las personas como islas remotas, aisladas e inaccesibles; casi un tratado de geografía en miniatura, sobre estratos, materiales, etc. de que nos componemos, con nuestras decisiones, nuestros errores… una desaparición, un reencuentro tras años, una tristeza contenida. En “Radicales libres” se da el encontronazo entre una anciana inofensiva y un asesino múltiple, y esto da a entender la perversidad escondida tras las apariencias; de nuevo las historias, la ficción (o de algún modo, no del todo ficción), surgida de culpas secretas, permite enfrentar una peligrosa realidad, generándose por un momento empatías insospechadas, tenues, entre seres (no) tan distintos.
Los estigmas físicos y heridas de “Cara” son de los que marcan desde y para siempre, pero también son emocionales, lejanos incidentes de la niñez que arrastran consecuencias entre los adultos, en un ambiente de padres que pasan de todo, o bien sobreprotegen… la mirada retrospectiva del protagonista le permite ajustar cuentas, asumir las cosas tal y como fueron, con lo bueno y lo malo. Idéntica mirada la encontramos en “Algunas mujeres”, donde el limitado entendimiento de la niña, anciana en el futuro, permite entrever la aparente rivalidad entre una chica espontánea, de baja extracción, y otra más sofisticada, por un hombre enfermo a quien le queda poco tiempo. Quizá el relato más turbulento sea “Juego de niños”. Dos muchachas (otra vez la niña frente a la adulta, el nacer a la vida y el morir), sus tiernas amistades de verano, asentadas sobre un secreto que involucra a una tercera, un desenterrar lo olvidado… quien es diferente produce rechazo y la distinción moral a ciertas edades es nula, imposible cualquier intento de juzgar. Se destaca “Madera” como auténtica lección de botánica, descripción minuciosa de los árboles y su tala, pero cómo no, contiene algo más; un testimonio equivocado, una obsesión que encubre frustraciones cotidianas… el hallazgo final apenas cambia las cosas, pero al menos sí que modifica la forma de mirar, la de un bosque que adquiere un matiz sombrío.
La nouvelle con la que termina el libro, “Demasiada felicidad” se sale un poco de la línea respecto a los demás relatos, empezando por su ambientación histórica, pero puede que sea la mejor de todas ellas. Recorrido por la vida de una mujer adelantada a su tiempo y genio de las matemáticas, pura emoción y homenaje a su figura, a modo de reconstrucción de un tiempo, de una existencia completa con sus alegrías, con sus pesares, cuidando mucho los detalles en una notable labor de condensación narrativa. El último viaje en tren de Sofia Kovalevskaya es el viaje definitivo hacia lo que a todos nos espera… y la conclusión, pese a todo, es feliz.
XinytaDemasiada felicidad7.5
Algunos relatos me han gustado más que otros, pero ha sido una grata sorpresa descubrir a Alice Munro. Leeré más. Me ha gustado mucho ese toque crudo, inquietante e imprevisible en algún momento de las historias.
abigail g-aDemasiada felicidad8
Para ser un Nobel de Literatura su prosa me quedo a deber bastante, mas es de admirar la forma en que con detalles sutiles va dejando en claro la psicología de sus personajes. Creo que no es una lectura para cualquiera, si no gustan de cosas complicadas y leen para efectos meramente recreativos no tomen este libro. Estos relatos están llenos de verdades incomodas, en ellos sólo encontrará la belleza, un ojo muy hábil.
SANCHODemasiada felicidad7.5
Como dicen en mi tierra: "de todo hay en la viña del Señor". Son relatos cortos con un denominador común, su crudeza. Algunos un poco flojos a mi modo de ver, sobre todo en algunos finales, pero hay otros que son muy buenos, como el relato de "juego de niños" o "demasiada felicidad". En resumen es recomendable su lectura.
lituma73Demasiada felicidad9
El relato es todo un arte que no dominan todos los escritores.
No es el caso de Alice Munro, toda una maestra de este género.
Poseedora de un gran estilo y de una gran fuerza narrativa, Munro es capaz de mostrarnos las raras debilidades y las extrañas complejidades que abordan al ser humano.
Sus cuentos para adultos son de una extraordinaria calidad.
Esta mujer es, sin duda, una grande de las letras.
¡Qué bonito es saber escribir tan bien!
Verdadera literatura.
jmam1Demasiada felicidad4
Decepcionante. Tras un primer relato inquietante, alguno de los siguientes levantan cierta expectativa pero sus finales, entre absurdos y vacíos, te dejan frío. Al menos, el último relato tiene algo más de interés. Ni siquiera resulta atractivo el lenguaje que utiliza o su forma de escribir.
ZimRuArqDemasiada felicidad8.5
A través de sus pequeños personajes logra meterse a lo más profundo del alma, personalmente recomiendo Dimensiones, Pozos profundos, Radicales libres y la joya de este libro: Demasiada Felicidad. Alice Munro logra exponer el alma humana de nuestros tiempos, ayer y siempre con relatos sencillamente brillantes.
serpentinaDemasiada felicidad9
Fascinante, te acerca desde la inocencia a la maldad, permitiéndote salir ilesa del viaje, reforzándote la creencia en el ser humano a pesar de todos los pesares.
Los personajes de Munro arrastran heridas del alma, o bien se abren al mundo desde su inexperiencia; en ambos casos, el punto de vista suele ser el de la edad. Cada cuento se asemeja a un intricado tapiz, engañosamente simple a primera vista, donde el lector debe intuir la trama oculta, lo importante, disimulado tras numerosos rodeos (¿demasiados?) con los que la autora desmenuza con parsimonia la narración, sus capas sucesivas, hasta llegar a un instante significativo, lo turbio bajo una superficie en calma. “Dimensiones” presenta un trágico episodio de celos y asesinato, por desgracia habitual en cualquier telediario, una mujer rehaciendo su vida y superándolo, entre viajes constantes, intentos de entender… la reflexión de un demente es sin embargo lo que ayuda e insufla nuevas esperanzas, y este afán por aferrarse a la vida, por revivir a los muertos, lo demostrará al presenciar un aparatoso accidente. “Ficción” gira en torno a distintos tipos de amor no correspondido, su asimilación difícil aunque no queramos verlo, las cosas que pasan, lo que fuimos y lo que somos. Tras una elipsis de años, la literatura sirve para exorcizar el pasado, todo se convierte en ficción… pero nunca es tarde para sufrir otro desengaño y la línea que separa la inocencia y la crueldad puede ser muy fina.
“El filo de Wenlock” trata de un descubrimiento cruel de la vida, de la pérdida de una inocencia pueblerina a partir del encuentro entre dos muchachas muy diferentes (la tortuosa experiencia vital de una de ellas, resumida en apenas unas líneas). Las repercusiones de este choque, con peculiares juegos de poder y eróticos de por medio, conducirá a una pequeña venganza final. “Pozos profundos” arranca de un accidente infantil y habla de las personas como islas remotas, aisladas e inaccesibles; casi un tratado de geografía en miniatura, sobre estratos, materiales, etc. de que nos componemos, con nuestras decisiones, nuestros errores… una desaparición, un reencuentro tras años, una tristeza contenida. En “Radicales libres” se da el encontronazo entre una anciana inofensiva y un asesino múltiple, y esto da a entender la perversidad escondida tras las apariencias; de nuevo las historias, la ficción (o de algún modo, no del todo ficción), surgida de culpas secretas, permite enfrentar una peligrosa realidad, generándose por un momento empatías insospechadas, tenues, entre seres (no) tan distintos.
Los estigmas físicos y heridas de “Cara” son de los que marcan desde y para siempre, pero también son emocionales, lejanos incidentes de la niñez que arrastran consecuencias entre los adultos, en un ambiente de padres que pasan de todo, o bien sobreprotegen… la mirada retrospectiva del protagonista le permite ajustar cuentas, asumir las cosas tal y como fueron, con lo bueno y lo malo. Idéntica mirada la encontramos en “Algunas mujeres”, donde el limitado entendimiento de la niña, anciana en el futuro, permite entrever la aparente rivalidad entre una chica espontánea, de baja extracción, y otra más sofisticada, por un hombre enfermo a quien le queda poco tiempo. Quizá el relato más turbulento sea “Juego de niños”. Dos muchachas (otra vez la niña frente a la adulta, el nacer a la vida y el morir), sus tiernas amistades de verano, asentadas sobre un secreto que involucra a una tercera, un desenterrar lo olvidado… quien es diferente produce rechazo y la distinción moral a ciertas edades es nula, imposible cualquier intento de juzgar. Se destaca “Madera” como auténtica lección de botánica, descripción minuciosa de los árboles y su tala, pero cómo no, contiene algo más; un testimonio equivocado, una obsesión que encubre frustraciones cotidianas… el hallazgo final apenas cambia las cosas, pero al menos sí que modifica la forma de mirar, la de un bosque que adquiere un matiz sombrío.
La nouvelle con la que termina el libro, “Demasiada felicidad” se sale un poco de la línea respecto a los demás relatos, empezando por su ambientación histórica, pero puede que sea la mejor de todas ellas. Recorrido por la vida de una mujer adelantada a su tiempo y genio de las matemáticas, pura emoción y homenaje a su figura, a modo de reconstrucción de un tiempo, de una existencia completa con sus alegrías, con sus pesares, cuidando mucho los detalles en una notable labor de condensación narrativa. El último viaje en tren de Sofia Kovalevskaya es el viaje definitivo hacia lo que a todos nos espera… y la conclusión, pese a todo, es feliz.
Algunos relatos me han gustado más que otros, pero ha sido una grata sorpresa descubrir a Alice Munro. Leeré más. Me ha gustado mucho ese toque crudo, inquietante e imprevisible en algún momento de las historias.
Para ser un Nobel de Literatura su prosa me quedo a deber bastante, mas es de admirar la forma en que con detalles sutiles va dejando en claro la psicología de sus personajes. Creo que no es una lectura para cualquiera, si no gustan de cosas complicadas y leen para efectos meramente recreativos no tomen este libro. Estos relatos están llenos de verdades incomodas, en ellos sólo encontrará la belleza, un ojo muy hábil.
Como dicen en mi tierra: "de todo hay en la viña del Señor". Son relatos cortos con un denominador común, su crudeza. Algunos un poco flojos a mi modo de ver, sobre todo en algunos finales, pero hay otros que son muy buenos, como el relato de "juego de niños" o "demasiada felicidad". En resumen es recomendable su lectura.
El relato es todo un arte que no dominan todos los escritores.
No es el caso de Alice Munro, toda una maestra de este género.
Poseedora de un gran estilo y de una gran fuerza narrativa, Munro es capaz de mostrarnos las raras debilidades y las extrañas complejidades que abordan al ser humano.
Sus cuentos para adultos son de una extraordinaria calidad.
Esta mujer es, sin duda, una grande de las letras.
¡Qué bonito es saber escribir tan bien!
Verdadera literatura.
Decepcionante. Tras un primer relato inquietante, alguno de los siguientes levantan cierta expectativa pero sus finales, entre absurdos y vacíos, te dejan frío. Al menos, el último relato tiene algo más de interés. Ni siquiera resulta atractivo el lenguaje que utiliza o su forma de escribir.
A través de sus pequeños personajes logra meterse a lo más profundo del alma, personalmente recomiendo Dimensiones, Pozos profundos, Radicales libres y la joya de este libro: Demasiada Felicidad. Alice Munro logra exponer el alma humana de nuestros tiempos, ayer y siempre con relatos sencillamente brillantes.
Fascinante, te acerca desde la inocencia a la maldad, permitiéndote salir ilesa del viaje, reforzándote la creencia en el ser humano a pesar de todos los pesares.