Resumen y sinopsis de El dardo en la palabra de Fernando Lázaro Carreter
Publicado en 1997, El dardo en la palabra reunía por primera vez los artículos que habían aparecido, con este mismo título, en periódicos de España y de la América hispánica. Su compilación mostraba con claridad que no sólo se trataba de un vastísimo compendio del uso del idioma, sino que era, además, una vivaz y sugerente crónica de la evolución de la sociedad española a lo largo de las dos últimas décadas. El rigor conceptual, el humor y la frescura de la prosa de Fernando Lázaro Carreter han creado una fórmula personal y novedosa que ha acercado a decenas de miles de españoles a una parcela cultural tradicionalmente arisca para la mayoría de la sociedad: la del uso de la lengua.
Lo recuerdo gratamente. De una manera distraída y humorística el autor nos hace perfeccionar y aprender correctamente la lengua castellana. Pone su aguijón en la lengua (mal) usada por los medios periodísticos y los políticos.
Asusta comprobar como un alarmado Fernando Lázaro Carreter alertaba de la degradación que la lengua española estaba teniendo.
7 años después de su muerte la degradación es tal que cuesta muchas veces entendernos.
Imprescindible si te gusta todo lo relacionado con la Lengua Española (con mayúsculas). En algunos artículos el autor alcanza altos grados de ironía y humor socarrón aragonés.
Compuesto por artículos independientes entre sí, D. Fernando Lázaro Carreter denunciaba, siempre en clave de humor y plenos de ironía, los malos usos de la Lengua en los medios de comunicación (televisión,radio, prensa escrita...) y de una forma especial la falta de formación linguística de los políticos de la época, con seriedad, sin concesiones a uno u otro color.
Lo divertido está en que, precisamente por ese conocimiento tan profundo de nuestro idioma, reconviene a periodistas, políticos y gente pública en general, con giros y expresiones que provocan la hilaridad pero que, a su vez, explican con precisión de relojero dónde está el error, qué es lo que lo motiva y, lo que es más importante,como evitar volver a repetirlo.
Era el látigo de todos los snobs que utilizan palabras, solo porque las han oído, pero que no se han preocupado en enterarse de su significado.
Reprocha la utilización de anglicismos y términos adoptados del francés (que ni tienen lugar ni están bien aplicados) demostrando que, siendo infinitamente más rico nuestro idioma,que no tiene una sino varias palabras para cada cosa que queramos designar, cada vez lo estamos dejando más vacío de contenido.
En definitiva,pone negro sobre blanco todos los vicios y defectos del día a día de estos medios de información, que,por otro lado, deberían ser garantes del correcto uso del idioma tanto por la presumible formación de los profesionales que en ellos trabajan,como porque son el espejo en el que nos miramos a diario millones de personas.
No hace falta formación académica de letras para entender lo que nos quiere decir, en mi caso soy Licenciado en Ciencias Químicas, y siempre viene bien saber qué decimos cuando hablamos y cómo escribimos cuando lo hacemos. Nunca es tarde para aprender.
Son perfectos como libros de consulta y para leerlos abriéndolos por la página que nos parezca más apropiada o, simplemente, nos apetezca.