- Los nazis saquearon cientos de bibliotecas en busca de libros ocultistas.
- En los años 50 se encontraron miles de volúmenes en la Biblioteca Nacional de Praga.
Heinrich Himmler fue uno de los principales asesores de Adolf Hitler, una figura fundamental en el auge y crecimiento del Partido Nazi en Alemania y, sobre todo, el principal valedor de la importancia de tradiciones paganas, brujería, astrología y otros conocimientos esotéricos dentro de la estructura del nazismo. Por eso no es de extrañar que en su día arrasara con cientos de bibliotecas para amasar la mayor colección especializada en brujería de su época.
Más de 13.000 volúmenes de los más variados temas místicos y orígenes fueron escondidos en la Biblioteca Nacional de Praga, en la República Checa, y no fueron encontrados hasta bien entrada la década de los años 50 del siglo XX. ¿Quién había conseguido los libros? Una de las unidades más peculiares de las SS: la H-Sonderkommando.
La H venía de Hexe, bruja en alemán. En 1935, Himmler creó esta unidad para que recorriera Alemania -más tarde Europa y el resto del mundo- consiguiendo libros para construir la biblioteca del instituto Ahnenerbe, dedicado al estudio arqueológico e histórico de la raza aria. Ahí desarrolló una cosmogonía propia en la que mezclaba tradiciones paganas germánicas con otros elementos mágicos, incluyendo ideas propias de la filosofía oriental.
Así pues, este comando especial recorrió todos los lugares donde se almacenaban libros dedicados a la magia, saqueando sin miramientos y transportando los volúmenes, algunos de ellos incunables, hasta su cuartel general. Durante la II Guerra Mundial arrasaron con logias masónicas, universidades y bibliotecas religiosas.
El resultado fue una colección incomparable que se depositó en la Biblioteca Nacional de Praga, sin que constara en los registros bibliográficos, y que, tras el fin de la II Guerra Mundial, cayó en el olvido hasta que los bibliotecarios checos se encontraron con esos 13.000 volúmenes de los que no tenían ninguna constancia.
Solo recientemente se ha constatado la importancia de este hallazgo y han contado con la ayuda de varias instituciones que fueron saqueadas en su día para poder catalogar, y devolver, los libros a sus propietarios originales. Del total, se calcula que prácticamente la mitad, unos 6.000 volúmenes, fueron robados de la Orden Francmasona de Noruega.
La pasión de Himmler por el ocultismo derivó en una obsesión que influyó de manera notable en las decisiones militares del ejército alemán, y terminó en la creación de un culto al que todos los miembros de las SS y otros importantes cargos tenían que pertenecer. Al final de su vida, todo ese saber oculto le valió de poco, ya que decidió suicidarse con una cápsula de cianuro tras ser capturado por las tropas británicas.