- Cualquier ciudadano o visitante puede acceder a miles de libros.
- Se basa en un sistema de suscripción gratuito.
Croacia ha dado un paso que puede cambiar el concepto de las bibliotecas tal y como lo conocemos. Desde ahora, cualquier persona que se encuentre dentro del territorio croata puede acceder a más de 100.000 títulos completamente gratis. Lo único que hace falta es un teléfono o tableta y una conexión a Internet. No hace falta sacarse una tarjeta ni conseguir códigos. Ah, y no sólo hay libros en croata, también los hay disponibles en otros idiomas.
Se usa una app, Croatia Reads, en la que hay que darse de alta. Con eso ya es suficiente y se puede empezar a leer cualquier libro, eso sí, mientras estés dentro de Croacia. Este proyecto se comenzó a gestar en el Velvet Café de Zagreb, que se convirtió en la primera zona libre de lectura del país. Dado el éxito de esta experiencia piloto, el gobierno croata ha decidido ampliar el concepto a nivel nacional.
Según la directora del proyecto, Mirela Roncevic:
Esto supone la democratización plena de la palabra escrita, algo que todavía no había sido hecho hasta ahora. Hemos creado un círculo en el que todos nos beneficiamos, y, al mismo tiempo es para cualquiera, independientemente de su residencia o poder adquisitivo. Los patrocinadores apoyan la noble misión, que está igualmente relacionada con la cultura, la educación y el turismo y ayuda a difundir el conocimiento en todas partes, enriqueciendo la sociedad. Editores, y sus autores, son remunerados por las lecturas -gracias a los patrocinadores-, y todo el mundo en Croacia tiene la palabra escrita al alcance de la mano.
Este sistema desvincula las zonas especiales que son habituales en otros países, vinculadas a bibliotecas, museos y otros lugares físicos, que filtran los libros en relación a sus propios objetivos. Ahora en Croacia se puede acceder tanto a libros de ensayo como a libros superventas. Es un regalo de valor incalculable que el país le ha hecho a sus ciudadanos.
Está claro que Croacia es un país relativamente pequeño, pero lo cierto es que demuestra que se pueden hacer muchas cosas si hay una voluntad política detrás. Este proyecto supone un antes y un después en cómo se puede acceder a la cultura, un sistema que pone al alcance de cada ciudadano una biblioteca dentro de su propia casa. Cultura inmediata y gratuita, pero asegurando a editoriales y autores una remuneración justa. Habría que ver si este modelo es posible aumentando la escala de libros y usuarios, pero, de entrada, es un primer paso fantástico.
¿Qué os parece? ¿Cómo creéis que afectaría a la industria editorial en España? Os esperamos, como siempre, en los comentarios.